viernes, 22 de enero de 2016

Cuando llega el último "Adiós"

UNA ACTITUD RESPONSABLE, TAMBIEN INCLUYE DESTINAR CORRECTAMENTE EL CUERPO DEL ANIMAL PARA EVITAR FUTUROS PROBLEMAS

Antiguamente era muy común que enterraran los gatos y perros muertos en el propio jardín de la casa. Hoy, es un acto complicado, debido a la gran cantidad de personas que viven en apartamentos o casa sin espacio de tierra. Además, esa práctica no es aconsejable, por los riesgos que pueden atraer a la salud pública: cuando es mal enterrado, puede ocurrir proliferación de bacterias y riesgo de varias enfermedades, entre ellas botulismo.
Algunas personas también encuentran la solución en dejar el cadáver para ser retirado por el recolector de desechos, lo que es muy peligroso. El recolector no pasa todos los días este periodo de tiempo procede a la descomposición causando mal olor, proliferación de bacterias y causar contaminación local.
Entre las opciones caseras, la mas aconsejable es llevar el animal al vertedero sanitario o pagar una taza de entrega en clínicas veterinarias, que reciben la visita de colectores especializados que después incineran el cuerpo. O llamar algún servicio de retirada funeraria.
Para quien prefiere dar un entierro digno de personas para su "compañero" existe lugares con este fin, ofrecen alternativas como salón de velorio, lápidas personalizadas, ceremonias religiosas de acuerdo con los dueños y servicios para remover el cuerpo. 


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